JOSÉ JOAQUÍN FERNÁNDEZ DE LIZARDI
EL PERIQUILLO SARNIENTO"
Todo comienza
en una habitación, en ella un hombre
llamado Pedro Sarmiento enfermo y resignado a morir, nos comienza a escribir
los sucesos de su vida, con la intención de advertirle a sus hijos, los
peligros que amenazan a los hombres en el curso de sus días.
Nació por los
años de 1771 a 1773, con el vivía su madre, una mujer
sobre protectora, Tomasa que era la nana y su padre un hombre muy sensato.
Llegó el
momento en que periquillo tuvo que ir a la escuela
el vestía saquito verde y pantalón amarillo; esos colores
y aunado a que su maestro lo llamaba Pedrillo hicieron que sus amigos lo
apodaran "Periquillo" y una vez enfermó de sarna y sus amigos le
completaron el apodo a "Periquillo Sarniento" .
JOSÉ MARÍA ROA BÁRCENA
SI TÚ ME OLVIDAS
Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
JOSÉ
JOAQUÍN PESADO, MÉXICO, 1801
A UN RÍO
Tú, cuyas aguas bajan sonorosas
en crecido raudal de la montaña
y dilatas tu curso en la montaña
coronado de selvas espaciosas.
Deja que en tus orillas venturosas
mi pena explaye. El llanto que me baña,
mezclado a tus corrientes te acompaña,
hasta el salado mar donde reposas.
Por entre riscos y asperezas veo
que llegas a tu término prescrito,
después de describir ancho rodeo;
sólo mi padecer es infinito
pues vagando sin tino mi deseo
el bien no llego a ver que solicito.
A UN RÍO
Tú, cuyas aguas bajan sonorosas
en crecido raudal de la montaña
y dilatas tu curso en la montaña
coronado de selvas espaciosas.
Deja que en tus orillas venturosas
mi pena explaye. El llanto que me baña,
mezclado a tus corrientes te acompaña,
hasta el salado mar donde reposas.
Por entre riscos y asperezas veo
que llegas a tu término prescrito,
después de describir ancho rodeo;
sólo mi padecer es infinito
pues vagando sin tino mi deseo
el bien no llego a ver que solicito.
JUSTO SIERRA O¨REILLY
LA TÍA MARINA
No, no quiero
hablar de la manía que
tienen muchos escritores de convertir sus escritos en un púlpito,
soltar sermones de manera indiscriminada y, en definitiva, pontificar como si
el mero hecho de tener obra
publicada (me encanta esta expresión) los situara varios peldaños
por encima del común de los mortales.
(Bueno, sí que quiero, pero tampoco me
parece que este blog sea el lugar más apropiado para hacerlo.)
En realidad,
el título de esta entrada viene a cuento de las excentricidades a las que nos tienen acostumbrados
algunos autores. Es cosa sabida que los escritores son más
raros que un perro verde, y que cada uno tiene su superstición favorita. Que si
solo pueden trabajar en horario de oficina. Que si solo pueden escribir en ayunas.
Que si no consiguen completar ni una línea si no han hecho antes una caminata
de tres horas. Que si…
JOSÉ
TOMÁS DE CUÉLLAR
FICCIÓN Y VERDAD EN EL PECADO DEL SIGLO.
En el artículo se revisan algunos elementos
históricos que José Tomás de Cuéllar noveló en El pecado del siglo (1869),
novela histórica que narra un famoso crimen ocurrido un siglo atrás, en tiempos
del virrey Revillagigedo (1789). Se reflexiona sobre la lectura de la Colonia
que hacen los escritores de la República Restaurada y se explora el taller del
escritor: las fuentes en que documentó el asunto, la transformación de los
datos en literatura y los elementos sin referente histórico que entreteje en el
relato. Todo esto para que su posible lector comprendiera su propio momento
histórico.
GUILLERMO
PRIETO
MEMORIAS DE MIS
TIEMPOS
¿Qué pasa en los pensamientos de un hombre cuando está
irrevocablemente instalado en la vejez, cuando entre la gente que solía tratar,
hay más personas muertas que vivas? Es muy probable que piense asimismo en la
muerte, pero no de esa manera irreal que suele producir la juventud, cuando la
muerte es un accidente que sólo pasa a los demás; sino con la serenidad que se
adquiere a raíz de una convivencia permanente con ella a lo largo de la vida. Y
es que cuando Guillermo Prieto escribía el primer capítulo de Memorias de
mis tiempos, tenía ya sesenta y ocho años, edad propicia para echar una
ojeada al camino andado y, ¿por qué no?, intentar reconstruirlo, vivirlo una
vez más a través del cristal sepia de la evocación.
RAFAEL
DELGADO
ANGUELINA
Habiendo
terminado sus estudios secundarios, regresa Rodolfo a su ciudad natal,
Villaverde, a encontrarse con la noticia que sus queridas tías, las cuales se
han empobrecido para proveerle esa educación, son ahora dos pobres ancianas,
una de ellas enferma, han tenido solo a la dulce Angelina cuidándolas. De
vuelta en la casa de su niñez, Rodolfo empieza a sentir cariño por la joven que
ha cuidado tan bien a las ancianas que lo criaron. Angelina es huérfana. Es la
historia de un muchacho pobre; pobre muchacho tímido y crédulo, como todos los
que por allá por el '67, se atusaban el naciente bigote creyéndose unos hombres
hechos y derechos". http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20110817175430AAreBgi
FEDERICO GAMBOA
EL PRIMER CASO
Esta novela fue escrita para
demostrar los peligros que en su tiempo amenazaban la virtud de las mujeres que
laboraban en oficinas, ya que hubo el intento de incorporarlas así al trabajo
fuera del hogar. Es la historia de Rosita Cortijo, linda joven que se ve
obligada a desempeñar un trabajo de secretaria para aliviar la miseria de su
familia. Seducida por su jefe, Rosita, quien era la primera mujer empleada
fuera de su domicilio, se convierte asimismo en "el primer caso" de
un hospital de maternidad de la ciudad de México. Los rasgos más notables de
esta novela son la acertada creación de la mayoría de sus personajes y las
descripciones contenidas en algunas escenas aunque el de Isaac Cortijo, padre
de Rosita, único por su pusilanimidad enfermiza y sus complejos, es extremado
hasta lo caricaturesco y difícil de encajar dentro de la realidad.
DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO
FACUNDO O CIVILIZACIÓN Y BARBARIE EN LAS
PAMPAS ARGENTINAS
es un libro
escrito en 1845 por
el educador,
periodista,
escritor
y político argentino,
Domingo Faustino Sarmiento, durante su segundo exilio en Chile.
Sus primeras
tiradas se hicieron a través de la sección Folletín del diario chileno
"El Progreso". Su inmediato éxito hizo que
se publicara en un volumen. Rápidamente el libro pasó, de modo clandestino, a Argentina
logrando una inmediata repercusión en la opinión pública.
Facundo es uno de los principales exponentes de la literatura hispanoamericana: además de su valor
literario, la obra proveyó un análisis del desarrollo político, económico y
social de Sudamérica, de su modernización, su potencial y
su cultura. Como lo indica su título, en su texto Sarmiento analiza los
conflictos que se abrieron en la Argentina
inmediatamente después de la Independencia declarada en 1816, a partir de la
oposición entre civilización y barbarie
Esteban Echeverría
EL
MATADERO *
A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración, pasaban por los años de Cristo del 183... Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la Iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustine, abstine (sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa, y, como dice el proverbio, busca a la carne. Y como la Iglesia tiene ab initio y por delegación directa de Dios, el imperio inmaterial sobre las conciencias y estómagos, que en manera alguna pertenecen al individuo, nada más justo y racional que vede lo malo.
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cuentos/matadero/matadero.htm
A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración, pasaban por los años de Cristo del 183... Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la Iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustine, abstine (sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa, y, como dice el proverbio, busca a la carne. Y como la Iglesia tiene ab initio y por delegación directa de Dios, el imperio inmaterial sobre las conciencias y estómagos, que en manera alguna pertenecen al individuo, nada más justo y racional que vede lo malo.
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cuentos/matadero/matadero.htm
José victoriano
. LAOBRA
GALERIA GEOGRAFICA DE CHILE 81
Necesitado de ganarse
honradamente la vida, en
1837 José Victorino Lastarria se
empleó como
Profesor de Cosmografía en el
colegio que poseía
en Santiago el Presbítero Juan de
Dios Romo, aulas
conocidas como Colegio de Rom04,
y como
los colegios particulares de
entonces utilizaban
para la enseñanza de los ramos
diversos textos de
autores europeos, por lo
ordinario en idioma francés,
los que muchas veces resultaban
poco pedagógicos
para los jóvenes educandos
americanos,
además de contener muy pocas o
simplemente
ninguna noticia sobre su país,
tuvo la feliz idea de
recapitular las meritorias obras
sobre Geografía
General redactadas por los
señores Letrone, Crozart
y Alcalá, de lo que se originó
Jorge Isaac
Representación de los protagonistas de "María"
como parte del monumento en homenaje a Jorge Isaacs
en Santiago de Cali
María
es una novela romántica
escrita por el autor vallecaucano Jorge Isaacs
en el año de 1867, que
tiene lugar en la hacienda «El Paraíso», ubicada en el municipio El Cerrito
en el Valle del Cauca, en la que Isaacs realmente
vivió. Aunque esta novela es clasificada como romántica,
llegan a resaltar pocos momentos de humorismo;
se pueden observar en las bromas que hace el padre de Efraín a María, o las
bromas de María Y Efraín, siempre llenas de respeto.
María
por su tema y estructura conserva todas las características de la novela
sentimental que en Francia había llegado a su apogeo con Atala
de Chateaubriand
y Pablo y Virginia de Saint Pierre. La novela presenta muchos
aspectos asimilados de sus modelos franceses; pero su gran originalidad
consiste en que pone por primera vez, como idilio romántico el
ambiente real de la naturaleza americana.
Ricardo palma
Faustino Guerra habíase encontrado en la batalla de Ayacucho en condición de soldado raso. Afianzada la independencia, obtuvo licencia final y retirose a la provincia de su nacimiento, donde consiguió ser nombrado maestro de escuela de la villa de Lampa.
El buen
Faustino no era ciertamente hombre de letras; mas para el desempeño de su cargo
y tener contentos a los padres de familia, bastábale con leer medianamente,
hacer regulares palotes y enseñar de coro a los muchachos la doctrina
cristiana.
La escuela
estaba situada en la calle Ancha, en una casa que entonces era propiedad del
Estado y que hoy pertenece a la familia Montesinos.
Contra la
costumbre general de los dómines de aquellos tiempos, don Faustino hacía poco
uso del látigo, al que había él bautizado con el nombre de San Simón
Garabatillo. Teníalo más bien como signo de autoridad que como instrumento de
castigo, y era preciso que fuese muy grave la falta cometida por un escolar
para que el maestro le aplicase un par de azoticos, de esos que ni sacan sangre
ni levantan roncha.
El 28 de
octubre de 1826, día de San Simón y Judas por más señas, celebrose con grandes
festejos en las principales ciudades del Perú. Las autoridades habían andado
empeñosas y mandaron oficialmente que el pueblo se alegrase. Bolívar estaba
entonces en todo su apogeo, aunque sus planes de vitalicia empezaban ya a
eliminarle el afecto de los buenos peruanos.
http://es.wikisource.org/wiki/La_fiesta_de_San_Sim%C3%B3n_Garabatillo
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